Tú siempre has sido la primera, y espero que ésta sea la última vez que lo seas.
Despertamos con tu ausencia y mi llanto. Ya van dos días en que te escabulles y repites eso que yo desde hace mucho sé. Por las mañanas procuro respirar onda y llenar mis pulmones de aire fresco que amortigüe cada bote de ese que te siente y extraña a diario. Conozco tu espíritu libre y las sogas que desatas día a día para liberar poquito a poco pequeñas porciones de ese hermoso cuerpo que cuando vive entrega el alma, no por mucho.
Me dejaste unas cuantas letras, un corazón roto y ansias de vivir; y revivir todo aquello que por poco consigo olvidar justo cuando nuevamente revienta la ola sobre mí. Extraño recorrer esas tibias corrientes de agua dulce con excesos de sal. Lo nuestro siempre fue así.
No creo que con esto cambie algo de lo que vivo. La vida sigue y las almas se encuentran, unas más que otras. Algunas se reencuentran, eso no me suele suceder a mí, otras tendrán más suerte. Miro el mar e imagino tu piel tostada invitándome a nadar. Tus ojos siempre me dieron esa sensación, siempre, cuando no estaban sumergidos en esa eterna tristeza que brillaba desde lejos. Probablemente ese destello siempre esté ahí.
Precious
Hace 14 años
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