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lunes, 31 de agosto de 2009

me puse el busito delgadito color beige
claro que no es lo mismo que busito de sati´n
igual huele a ti

Es un autoboicot diario, y con esto, ahora la Profecía autocumplida.

No se porque me odio tanto.

domingo, 30 de agosto de 2009

xsnaiscdiweacdewwlñaps.wtf

Escalé una montaña en busca de algún riachuelo de aguas cristalinas, vi sangre y a un pequeño felino agonizando. Me besé con un desconocido para luego correr y correr recorriendo una ciudad entera, tal vez en busca de agua (ja), porque la primera imagen que se me viene a la mente es la de agua. En un vaso, en un rió, o de cualquier forma. El hilo conductor fue siempre el agua. Hasta que me encontré contigo. Hablamos. Me dijiste que no fue para tanto, que no pasaba nada, y fuimos felices. Jugamos, reímos, cantamos. Jugamos a los gatos, y a besarnos y mirarnos con esos ojos con los que tú me miras cuando me dices ¿juguemos?, y sonríes; y ahí también veo agua. Bueno cuando estoy contigo es como una amenaza constante, y por eso a veces te hago esa mueca que pinta a sonrisa pero que en realidad da asco. Hoy siento mucho asco, y el agua me ha salvado. Bueno, siempre se trata del agua. No se si tu realmente lo entiendas…aunque en realidad, incluso yo a veces empiezo a dudar de si realmente lo entiendo, así que da igual. Y al final eso no tiene ninguna importancia. No se porque hablo de esto. La cosa es que jugamos a los gatos. Creo que lo mejor que me puede pasar en un día cualquiera es jugar a los gatos. No se porque no he jugado contigo a los gatos últimamente. Creo que estoy más etérea que nunca, la mayoría de las cosas que hago, y que no hago más aún, me perjudican. Como por ejemplo ahora que no hago más que perder el tiempo escribiendo y sin decir nada. Porque nada de esto importa, ni tiene sentido, ni yo entiendo que estoy haciendo. En mi sueño el gatito perdía un bracito y yo me quería morir y lloraba horas y no sabía como ayudarlo, porque esa tonta se lo cortó y yo sólo miraba. No hice nada y luego ya era demasiado tarde. En verdad lo que rescato de esta mierda es que no quiero dejar de jugar a los gatos nunca. Quiero jugar todos los días, siempre que se pueda. Perdóname gatito, perdóname por favor. Puede que sea egoísta al decirte esto, pero en verdad que la vida sin jugar a los gatos no tiene mucho sentido. Disculpa que sea tan repetitiva pero no se que mas decir. Me he dado mil vueltas sólo para decirte que quiero seguir jugando pase lo que pase. Espero que el próximo juego no sea un solitario. Si me lo permites, la próxima vez no sólo jugaremos a los gatos y a los besos y las risas. También jugaremos a las guaguas, a los perros y a los superhéroes, si tú quieres.

Soy un perro, un perro guagua.