Y siempre llega a tiempo lo temido y esperado. A veces se anticipa y otras nos cae encima aun cuando corremos a toda velocidad creyendo que nunca nos alcanzará. Hoy esta tumba que hace meses comenzamos a cavar toma su forma final. Nuestro presagio se ha cumplido, ante mi resignación frente a la perdida de una de las tantas batallas de esta anhelada vida eterna que quiero vivir, y ante tu atónito asombro que parece no ser más que una ironía un tanto cruel; resultado de una ecuación poco virtuosa y algo inmoral que terminaste de resolver esas veces en que me miraste la piel de oveja y me trataste como a un lobo. El augurio anunciado hace tanto hoy se cumple y nos enterramos sin miedo pues sabemos que la vida es así, que las estacas dejan marcas letales y no basta con lamentar se luego del daño ocasionado tras haber lanzado la puñalada en un estado de letargo mental. El hielo no calma eternamente pero adormece y hace que esto cese.