A veces creo sentir como mi mente se escapa lentamente, en una especie de nube húmeda y algo espesa, fundiéndose con el exterior. Siento mis pensamientos suspenderse en el aire, elevarse poco a poco. Detienen el tiempo, que tropieza y se atora en ellos. Imagino lo eterno en lo más breve, en mis súbitos espacios de conciencia excedida, expandida. No lo entiendo, mas prosigo.
Busco el camino, no es fácil. Mis movimientos latentes atropellan una y otra vez todo lo que está por suceder. El devenir de este espacio, de estas mentes, de estos seres. La profecía que amenaza. Y me digo a mi misma “si no fue, ya no será”, en el preciso instante en que se consuma y nos estanca nuevamente. Fluimos, en esta esfera que avanza a toda velocidad. Nos mezclamos unos con otros. Las mentes despiertan, ¿o soy yo? Nos fusionamos sin saberlo y compartimos un lapsus, un instante de eternidad. Nada es casualidad.
Busco el camino, no es fácil. Mis movimientos latentes atropellan una y otra vez todo lo que está por suceder. El devenir de este espacio, de estas mentes, de estos seres. La profecía que amenaza. Y me digo a mi misma “si no fue, ya no será”, en el preciso instante en que se consuma y nos estanca nuevamente. Fluimos, en esta esfera que avanza a toda velocidad. Nos mezclamos unos con otros. Las mentes despiertan, ¿o soy yo? Nos fusionamos sin saberlo y compartimos un lapsus, un instante de eternidad. Nada es casualidad.
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