Siempre que se trata de ti me duele el alma. La angustia matutina se hizo real por un instante eterno, tu descaro me dejó perpleja. Recordé haber vivido esto con anterioridad, sin embargo esta vez se sintió incluso más real. La tomabas de la mano corriendo como si todo fuese perfecto. Yo estaba ahí y te miraba con mis ojos llorosos que anhelaban que vinieras por mí. Lo deseé tantas veces, pedí por ti y por mí como una imbecil. Lo sé, debí aprender de aquello, pero nunca he sido buena en eso. Una y otra vez inicié con los talones para terminar con los dedos prácticamente torcidos. Me pregunto en qué momento te volviste mi mayor calvario…cómo tanto amor se transformó en este algo que llegué a odiar a diario …en qué minuto me volví la más idiota de todas…
No hay nada que deteste más que creerte capaz de cualquier cosa cuando quiero verte nuevamente como lo más maravilloso que he tenido en mi vida. Tu falta de sinceridad me preparó para dañar ¿Podrías ayudarme con algún tip para sanar?
